Con un gol de Cerisola en el segundo tiempo, el Aurirojo derrotó a uno de los grandes de la Liga, quedó casi clasificado para la siguiente ronda del torneo y llega ganador al Clásico Exaltacrucense
Batacazo es solo una figura alegórica, funcional a la venta de una nota, pero en realidad es una adjetivación injusta para un equipo que viene trabajando desde principio de año, superando obstáculos y re armando un plantel, que siempre mostró ganas y que hoy es un club respetado en la Liga de San Antonio de Areco.
En una noche estrellada, fresca pero agradable, San Patricio el eterno candidato, tenía más la pelota y obligaba a Robles a replegarse para contener la circulación que lograba el conjunto de Germán Mangieri, DT visitante. Tanto Pigretti, como Juan Bolea, repartían el cuero y llegaban con peligro, sin dejar acomodar a los Exaltacrucenses
Mientras tanto, el conjunto del Bocha Hernández, llegaba diezmado a esta fecha, no contaba ni con Mansilla, ni Galeano, ni Dani Pérez. Cuestión que se noto al comienzo, pero a medida que pasaba el tiempo, las fuerzas se iban equiparando y comenzaba a aparecer el arquero Roblense, Martín Días.
En el segundo tiempo, el Bocha, realizó un cambio táctico, pasó de jugar con tres abajo, a jugar con cuatro y adelanto a Castaño como Stopper unos metros, cortó la usina futbolística de los Arequeros y empezó otro partido. Robles comenzó a cortar y recuperar pelotas con el adversario jugado al ataque.
Así fue como Santiago Cerisola a los 53’, se hizo del cuero en mitad de cancha, vio un callejón por el centro, encaró, se llevó a la rastra a su marcador, llegó al área y le pegó fuerte, Rivello, el guardametas rival, metió un manotazo que dejó de nuevo el balón cerca del Roblense, que esta vez con el empeine, puso lejos la pelota para que el la hinchada y el equipo desate la locura.
Sanpa recibió el golpe, quiso recuperarse y en el trajín del partido, una pierna demás, los dejó con uno menos a instancias de la expulsión del Arequero, Gómez, que se iba solo 3’ después del gol en contra. Los dos mazazos, nunca dejaron acomodar a San Patricio, que intentó suplir el fútbol con coraje, pero solo logró dejar espacios, que, si no fuera por que los Roblenses no andaban con buena puntería, pudo terminar en una goleada histórica.
Pero Sanpa es Sanpa, un gol de diferencia es muy poco y en una jugada involuntaria, Sótelo comete una infracción dentro del área y el árbitro da un penal, pero Pigretti ejecuta fuerte, la pelota da en el travesaño y Días que había adivinado el palo consigue sacar. Con uno menos y habiendo malgrado una gran oportunidad, todo se terminó.
Robles pudo aumentar la diferencia, pero no tuvo tiempo y se quedó con un triunfo imborrable que lo deja al borde de la clasificación cuando quedan tres fechas por jugar. La semana que viene le toca ir al complicado reducto Capillero, donde el Aurirojo ya tiene una goleada de 4 a 0 en su haber y espera con un triunfo, consolidar este buen presente.