Durante el fin de semana en las internas Radicales, no solo hubo derrotados políticos, también las redes perdieron su batalla en su intento de generar bronca en un electorado que supo interpretar por sí mismo, una realidad muy distinta a la de la propaganda anónima
La internas distritales fueron ganadas por el Dr. Iván Gambra, quien será el responsable de los destinos del Radicalismo de Exaltación de la Cruz. Esa es la información formal de la elecciones del último fin de semana. Los otros datos, los que no se cuentan, los que solo se ven en la realidad informática, son también reveladores.
Pedro Querencio, uno de los responsables del triunfo de la lista 123, se mostró preocupado por las ofensas que giraron por las redes: “La gente está muy cansada de los agravios, son muy difíciles los días que nos tocan vivir, como para sumarle más insultos”, de hecho estas acciones no tuvieron eco en su espacio, que prefirió no contestar.
Como información adicional, la lista ganadora no pudo hacer casi despliegue publicitario, las acusaciones hechas por presuntas irregularidades en las listas, impidió que el grupo de Gambra pudiera dar a conocer su propuesta: “En el poco tiempo que tuvimos, pudimos desarrollar nuestras ideas”, destacó.
Este obstáculo dio como resultado que los integrantes de la lista ganadora debieran recorrer el distrito para hablar cara a cara con el electorado. Sin computadoras de por medio, la importancia que se pretenden las redes, se disipó: “Acá hay que arrimarse al pueblo de otra forma, la sociedad hoy necesita otras cosa. No el agravio”, afirmó.
El trabajo casi artesanal, la carta manuscrita, la visita domiciliaria, el llamado telefónico. Fueron fundamentales para desarmar operaciones, desactivar Trolls y ganar una elección a la vieja usanza: “Con la cantidad de votantes que concurrió hoy, demostramos que llegó nuestro mensaje al pueblo Radical”, puntualizó.
Por otra parte el debate, una herramienta primaria de la politica, también corre riesgo ante los ataque públicos terminantes y que no dejan lugar al intercambio de ideas: “Si aparece la injuria cada vez que intentamos algo, estamos mal”, sentenció Querencio.
Afortunadamente el distrito mantiene el arraigo tradicional del vecino que se conoce, abre su puerta y aún escucha a quien llega a visitarlo: “Estamos muy felices porqué la gente creyó en nuestra propuesta”.
