En un contexto climático de desastre se derrumbaron los rindes de soja y maíz, hasta ahora es la peor campaña incluyendo a la tristemente célebre del 2008 que derivó en el conflicto entre el campo y el gobierno nacional
En un desastre climático sin precedentes en los últimos 50 años, la Bolsa de Comercio de Rosario estimó una caída abrupta de la producción del agro. Situación que golpea también a Exaltación de la Cruz. Según las estimaciones y pronósticos las condiciones podrían empeorar más aún teniendo en cuenta que no se esperan cambios climáticos a corto plazo.
Hace unas semanas se vaticinaba positivamente el final de la Niña, que en apariencia iba hacia una moderación y daría un paso paulatino hacia condiciones más benignas para el el sector agropecuario Exaltacrucense.
Pero según las estimaciones del organismo búrsatil Rosarino, no solo no aflojan el contexto adverso sino que podría acentuarse la pérdida que ya hoy es cuantiosa. Si esto se ratifica en la realidad, la campaña 2022/2023 será amargamente recordada por el sector agrario como una de las peores de los últimos quince años.
Yendo hacia atrás, se puede tomar como parámetro en el 2018/19 cuando se tuvo una producción récord que llegó a unos 55 millones de toneladas de soja. A partir de ese momento el contexto climático comenzó a decaer hasta la actualidad en donde se esperan unos magros 27 millones de toneladas. Además el rinde en el maíz se ubicaría también en caída libre en unos 35 millones de toneladas.
Este marcado déficit hídrico dictamina una caída del 45% de la producción que se estimaba en el comienzo de la campaña. Por otra parte hay que recordar las heladas que tomaron por sorpresa al maíz y soja tardíos, que en este contexto se vieron notablemente perjudicados por las heladas que rondaron las temperaturas insólitas de 3 y 4 grados justo en el momento crítico de floración.
Pero ante la posibilidad concreta que el clima no cambie, esto podría complicarse aún más por las hectáreas del cereal que se están secando y dando ya por perdidas. Disminuyendo notablemente los rindes del maíz que en 2019 tuvo más de 8000 kg por hectárea a unos 5780 kg en el 2022/23.
El complejo escenario a futuro determinó que ARBA se solidarizara con el sector prorrogando el vencimiento del primer impuesto inmobiliario rural, en sus componentes Básico y Complementario del ejercicio fiscal, para el mes de mayo para las partidas inmobiliarias con certificación de emergencia o desastre agropecuario en períodos comprendidos entre el 1 de enero de 2022 y el 31 de marzo de 2023
Cuestión que habrá que ver si es suficiente para los productores locales, de acuerdo al desastre climático reinante en el distrito.