Es increíble que haya pasado tanto tiempo desde la muerte del Mono, ocho meses pasaron desde aquel fatídico domingo, cuando fue embestido y dejado a su suerte por quien se ocupó de huir, esconderse y tratar de evadir a la justicia
A Martín Vera lo siguen esperando todos los domingos al mediodía, todavía resuena en el recuerdo de su familia, sus palabras avisando que en diez minutos llegaba a almorzar. Cosa que jamás ocurrió porque, en la ruta provincial 192 llegando a Parada Robles, se encontró con Miguel Quispe, quien según fuentes policiales, lo atropelló.
Luego del fatal impacto, Quispe de 27 años, en una maniobra evasiva, se dirigió a un domicilio ubicado en Vuelta de Obligado, entre Talcahuano y Chacabuco, lugar que decidió abandonar para trasladarse con el camión Mercedes Benz 710 Plus, con carrocería de color blanco y caja celeste con una lona azul, a otro punto del distrito.
Aunque las autoridades se hicieron presentes en el lugar, no encontraron nada, los uniformados establecieron que el sospechoso, podría haberse dirigido a un campo de su familia ubicado en el Km 78.5 de la Ruta N°8, lugar en el que se dio con el vehículo buscado y se procedió a la detención de este hombre que se encontraba en el lugar.
La justicia ordenó su detención por intermedio del fiscal Manuel Esperante y desde ese momento, nada ocurrió en la causa. Todavía quien es el responsable está libre, habiendo sido acusado de Homicidio Doloso Agravado, cargo que dadas las circunstancias y las acciones para evadir a las autoridades, podrían llevar al acusado a la cárcel.
Según el Artículo 106 del Código Penal, establece penas de dos a seis años de prisión para quien “Pusiere en peligro la vida o la salud de otro, sea colocándolo en situación de desamparo, sea abandonando a su suerte a una persona incapaz de valerse y a la que deba mantener o cuidar o a la que el mismo autor haya incapacitado”. Las investigaciones policiales, corroboraron mediante cámaras municipales y privadas lo acontecido cerca del cuartel de bomberos de Parada Robles.
A Martín Vera le quitaron la vida, para luego dejarlo tirado y desamparado. Como si esto no fuera suficiente, hoy el desamparo es doble. La familia y quienes conocían al Mono esperan respuestas que después de ocho meses no llegan. Para cuando esto suceda, quizás ya sea tarde, porque es ampliamente conocido el aforismo que reza que “La Justicia atrasada es justicia denegada”.
Aunque la vida de Martín, un muchacho de 33 años, solidario, hijo amado y querido por la comunidad no se recupere, es necesaria una reparación y un juicio justo. Para quienes lo siguen esperando para almorzar, todos los días.