
En un acto que incluyó el descubrimiento de tres plaquetas en la entrada de la cancha municipal y un homenaje en el centro del campo de juego, vecinos, amigos, familiares y sobre todo muchos chicos recordaron con cariño a quien dejo enseñanza con ejemplo en los corazones Exaltacrucenses
Parece mentira que ya pasó un año desde que Coco se fue a jugar al fútbol con los más grandes, para recordarlo como se merece, una nutrida cantidad de público se congregó en La Municipal para en primer lugar descubrir tres placas en la entrada principal del predio. Luego todos los presentes se reunieron en el centro del campo de juego, para abrazar simbólicamente en una ronda, al maestro que utilizó el césped de pizarrón y la cal, como tiza indeleble.
Como no podía ser de otra forma, fueron los chicos los que marcaron el paso del homenaje cantando espontáneamente el nombre de Coco en ritmo de cancha. El minuto de silencio formal, fue reemplazado por un aplauso que no quiso terminar nunca. Los abrazos y recuerdos de un millón de aventuras asociadas al fútbol, se escuchaban aquí y allá. Anécdotas, viejas camisetas de la infancia, ex jugadores que con sus hijos y el cariño de siempre.
Luego cuando el acto llegó a su fin, reinó el silencio respetuoso, el recuerdo imborrable y la sensación benevolente, de haber compartido un ratito más con el Gran Coco Mirandeborde