Sucedió en horas de la mañana, en el acceso a Parque Sakura desde la ruta 6, cuando la policía encargada del control de vehículos comenzó a destratar y a discutir con los vecinos que intentaban ingresar al barrio o a llevar a sus hijos a la escuela
En primera instancia hay que aclarar que nadie tiene inconvenientes en que se controle, de hecho es una buena medida que se espera que perdure en el tiempo.
El problema son malos los modos y la excesiva insistencia sobre personas que nada tenían que ver con los ilícitos que se cometen casi todos los días en el barrio, que solo viven ahí o llevan a sus hijos a la escuela y que encima tuvieron que soportar a policías mal educados.
Las respuestas que se escucharon y provocaron la indignación generalizada, fueron del calibre: “Te voy a parar todas las veces que tenga ganas” o responder con un “No me importa” a las argumentaciones lógicas de quienes quieren solo atender la ley, mostrar la documentación y seguir con sus obligaciones.
Ahondando en el asunto, surge que hubo reuniones por la preocupación por la escalada de inseguridad, por lo tanto se procedió con buen tino, por parte de la Policía de Exaltación aumentar la presencia de los efectivos en los accesos al barrio. Al parecer esto no fue bien tomado por estos agentes, ya que uno de ellos manifestó que: “Si se fueron a quejar ahora bánquensela”
Esto no debería pasar de largo, alguien debiera tomar cartas en el asunto y responder por estos atropellos. Si hay inseguridad es difícil pensar que los malvivientes que asolan el corredor de la ruta 8 intenten ingresar por un acceso con controles. Y eso también lo sabe la policía.
Tener malas contestaciones, usar palabras inadecuadas, demorar más de la cuenta a los vecinos, en nada soluciona el problema de fondo. Solo agrava un contexto que de por si, es complicado y que necesita del aporte de la comunidad.
No de uniformados que dicen ser policías, que evidentemente no están preparados para estar frente al vecino y hacer bien su trabajo.