
Luego de años de intentar persuadir a los vecinos de no arrojar residuos sobre la colectora de la ruta 8, empezaron a cobrar multas, algunas de las penalizaciones llegan a 200 mil pesos
La basura de todo tipo, arrojada a cualquier hora y a la vista de todo el mundo, brindó un mal espectáculo durante años sobre la arteria lindante a la ruta nacional. Roedores, malos olores y un foco infeccioso de riesgo permanente para todos los vecinos que se aventuraran a pasar cerca de estos verdaderos tiraderos.
Sin importar la época, primero fue la poda lo que se juntaba a la vera de la colectora, pero esto no fue suficiente. Además apareció basura, sobrantes de obras en construcción, muebles, electrodomésticos y el colmo, perros, gatos muertos, hasta una vaca y una llama. Llevando al límite una situación recurrente.
Se recorrieron todos los caminos posibles para evitar la mugre, pero nada fue suficiente, porque el principal inconveniente era que constantemente se continuaba tirando desechos, era alarmante ver como todo lo que se limpiaba, quedaba en nada a las pocas horas, debido a infractores que sin importarle el daño que ocasionaban, seguían en su actitud irresponsable.
Camiones que levantaban los residuos hasta tres veces al día, chipeadoras para transformar la poda en algo más transportable y las reuniones que organizó el municipio con parqueros y vecinos lograron bajar en algo la cantidad de basura, pero aún seguía siendo escandaloso, el volumen de residuos tirados a la vía pública.
Así es que habiendo agotado las instancias previas, se comenzó a individualizar a los infractores. Como primer medida se avanzó avisándoles a todos que de no deponer su actitud serían multados. Cosa que ya ocurrió, funcionarios con talonario en mano, salieron al cruce de los más insistentes, que se llevaron multas que oscilan los 100 y 200 mil pesos. En el caso de camiones o camionetas que hubieran entrado más de una vez, se los ha multado por cada que utilizaron el espacio público como basurero a cielo abierto.